Viajar con caravana en tiempos de la segunda ola de la COVID

Tras pasar un verano con un paréntesis en cifras bajas de contagios de la COVID, según llega el otoño y va avanzando, los contagios crecen, las cifras se disparan por zonas y comienzan las restricciones. A diferencia con el gran confinamiento de la primavera, aunque en algunos lugares se han cerrado establecimientos de hostelería, por ahora las restricciones no afectan a los establecimientos de alojamiento.

Después de la iniciativa de alguna regiones de hacer confinamientos durante la noche, el 25 de octubre se decidió decretar un nuevo estado de alarma con limitaciones de circulación de personas de 23:00 a 6:00, el toque de queda, con posibilidad de adelantar o retrasar un hora su inicio. Posteriormente, se anuló esta obligación, y desde el 9 de noviembre, es de aplicación voluntaria, según lo convenga cada comunidad autónoma. Durante noviembre se han ido sucediendo medidas de perimetrado por localidades, por comunidades autónomas, restricciones en puentes o fines de semana…

Tras este gran lío de datos y toma de medidas, desde esta nueva declaración del estado de alarma, nos están saturando las consultas sobre la posibilidad de seguir viajando con caravana ante esta situación… y cuál es nuestra opinión.

Lo más consultado es si se puede dormir en un camping. Y como ya hemos indicado, en este nuevo decreto, no se modifican el funcionamiento de las actividades de hospedaje, como sí ocurrió en marzo, cuando solo se permitía permanecer a aquellas personas que ya estaban alojadas y no tenían posibilidad de volver fácilmente a sus casas. Ahora, lo que se limita es la libertad de circulación de las personas en horario nocturno, y por zonas en algunos lugares. Por tanto, cada uno se debe quedar donde se encuentre al llegar ese horario. Si uno está en un camping, y se queda allí, no está incumpliendo esta disposición. En algunos lugares, lo que se prohíbe es la reunión de no convivientes durante este horario nocturno, en cuyo caso se prohíbe pernoctar en el mismo lugar a los que no conviven. En cuanto a la estancia en campings no cambia gran cosa, salvo que podrán modificarse los horarios de entrada y salida (si se permite la entrada hasta horas posteriores a las decretadas dentro del toque de queda), tendrán que cerrar bares, restaurantes y demás servicios (si no están limitados ya), y cada «familia» deberá estar en su caravana o parcela, a partir de la hora decretada.

Además de estas medidas, en muchas de las declaraciones de los representantes del Estado y las comunidades autónomas, se apela a la responsabilidad particular de que cada uno permanezca en sus casas para no socializar y evitar los contagios, limitando sus movimientos a lo estrictamente imprescindible. El problema es que esto entra en contradicción con que no se limiten las actividades comerciales, de ocio y alojamiento no esenciales. Prohibir las actividades económicas supondría paralizar aún más la economía, y la necesidad de tener que dictar nuevas medidas paliativas a estas circunstancias, y que ya sufren muchos de los establecimientos de ocio y hostelería. Dicho esto, no acudir a los establecimientos provocará el cese de negocio de la mayoría de ellos, aun sin que se haya decretado su cierre, y, por tanto, más paro y quiebra de empresas y familias que viven de su trabajo en estos sectores.

¿Qué debo hacer ante estas circunstancias? Ante todo, lo que crea cada uno. Siendo respetuoso y siguiendo las normas sanitarias, especialmente en un camping, no hay apenas riesgo de contagiar o ser contagiado. En un camping, casi no hay contacto con otros, salvo que quieras compartir momentos con tus vecinos (cosa que echamos de menos, pero, por ahora, no se puede), se está en espacios abiertos y ventilados, y los espacios donde «vives» (tu caravana) son los tuyos propios. Otra cosa es que quieras irte de camping con tres o cuatro familias para pasarte un fin de semana juntos, desayunando, comiendo y cenando bajo la misma carpa o dentro de un avancé: si es así, mejor, ¡quédate en casa! Si tenías pensado viajar con tu caravana, continúa con tus planes, no lo suspendas, pero sé cuidadoso y respetuoso con las normas. Si no lo tenías pensado, tampoco te vamos a animar a hacerlo, posiblemente, haya otro momento mejor, pero si tu alternativa es quedarte en casa e ir a pasar la tarde a un centro comercial u a otro lugar cerrado con abundante público, es un hecho que de camping con tu caravana vas a estar mejor y más seguro.

Ten en cuenta que, además de las medidas de toque de queda, muchas regiones están perimetrando su territorio, incluso las de muchos municipios, y posiblemente no te permitan entrar en la comunidad autónoma o localidad a la que desees viajar, o incluso no te dejen salir de la tuya, ya que los «viajes de placer» no entran dentro de las salvedades de desplazamientos justificados. Debes asegurarte de ello. Si deseas viajar, quizás sea un buen momento de quedarte en algún sitio cercano, conociendo y disfrutando de lugares cerca de casa, que te eviten limitaciones de última hora, aunque siempre se va a permitir el retorno al lugar de residencia habitual o familiar.

En resumen, sé cuidadoso, respeta todas las normas, no olvides la mascarilla bien puesta, la limpieza de manos, las distancias, y si quieres disfrutar de un viaje, hazlo y colabora con todos aquellos que viven de ello. Si esto dura mucho, posiblemente, cuando vuelvas a tu chiringuito preferido, a ese restaurante que hace unas paellas increíbles, al asador donde tanto te gusta esa carne o ese camping donde pasas tan feliz las vacaciones, puede haber cerrado.