La noche de San José, el fuego quema las monumentales figuras de carácter satírico elaboradas con cartón o poliuretano sobre una estructura de madera que invaden Valencia durante cuatro días. Las fallas son las principales protagonistas, junto a la pólvora, las llamas y la pirotecnia, de la fiesta más importante de la ciudad, declarada de Interés Turístico Internacional. La celebración más ruidosa de España tiene, sin embargo, otros muchos alicientes: actividades culturales, una importante feria taurina y un dulce típico, los buñuelos de calabaza, que venden en todos los puestos callejeros.
Hasta el 19 de marzo puedes visitar Valencia y disfrutar de su gran fiesta, y que mejor que ir con tu caravana, autocaravana o camper. En el entorno de la ciudad hay una amplia oferta de campings con accesos fáciles a la ciudad, que además te permitirán conocer sus demás atractivos más allá del gran despliegue que supone esta gran fiesta. Puedes consultar nuestro artículo Visitar Valencia con caravana.
El origen de las Fallas proviene de una antigua costumbre de los carpinteros valencianos de quemar un parot (lámpara de pie de madera que iluminaban su taller para poder trabajar hasta más tarde, durante los meses de invierno) la víspera de San José, al ya no ser necesaria la luz artificial. Ataviado con ropas viejas y un sombrero que le otorgaban aspecto de ser humano, a la puerta del taller lo quemaban con maderas y otros trastos viejos. A raíz de esta tradición nacieron las Fallas, que, con el paso de los años, han ido evolucionando hasta convertirse en la fiesta actual.
La cridà es el primer acto oficial de las Fallas. Desde las Torres de Serranos, las falleras
mayores y la alcaldesa invitan a los valencianos a unirse a la celebración y vivirla con intensidad. Aunque son muchos los eventos que se desarrollan desde el 1 de marzo, no es hasta la medianoche del día 15 al 16 cuando arranca plenamente la fiesta. En ese instante, con la plantà, centenares de fallas comienzan a llenar Valencia. Todas las comisiones falleras trabajan duramente para que los monumentos estén perfectos la mañana del día 16, cuando la ciudad amanece convertida en un auténtico museo al aire
libre. Numerosas calles se cierran al tráfico, por lo que es preferible no coger el coche y moverse a pie o en transporte público –mejor en metro, pues numerosas rutas de autobuses se ven afectadas por los cortes de circulación–.
La ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados es uno de los actos más bellos y que más gente congrega. Tiene lugar los días 17 y 18 de marzo desde las 16 h. y se prolonga hasta por la noche. Durante esas horas, miles de valencianos –las mujeres van ataviadas con la vestimenta tradicional– desfilan para entregar a su patrona vistosos ramos de flores con los que se le va confeccionando un precioso traje. La Fallera Mayor de Valencia es la última en hacer su ofrenda.
Durante la madrugada del 18 al 19 de marzo se vive en el paseo de la Alameda uno de los momentos más sensacionales de las Fallas. La Nit del Foc es un impresionante espectáculo
pirotécnico que llena el cielo de la ciudad con la luz y el color que desprenden los castillos de fuegos artificiales.
La cremà, sin duda, es el momento más esperado de las Fallas. La noche del 19 al 20 de marzo se pone fin a las celebraciones con la quema de todos los monumentos –el último en arder es siempre el de la plaza del Ayuntamiento–. Únicamente un ninot es elegido por votación popular para que se salve de las llamas y pase a formar parte del Museo Fallero, que expone las figuras indultadas desde 1934. La cremà convierte en cenizas el trabajo realizado por los artistas falleros durante meses, da la bienvenida a la primavera y marca el inicio de un nuevo año de preparativos para las próximas Fallas.
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