Esta comarca de Teruel, que linda con Cataluña y la Comunidad Valencia, está formada por varios pueblos con importantes conjuntos históricos. Más allá del turismo en los meses de verano, cuando reciben más visitantes, el resto del año se puede visitar con la tranquilidad de no encontrarse en sitios saturados. Además de localidades con una gran historia, como Valderrobres, Beceite, La Fresneda y Calaceite, la zona es rica en paisajes exuberantes y alguna revista de estilo la ha llegado a considerar como “la toscana española”, eso sí, más reducida de tamaño y mucho menos poblada.
Partiendo de la vecina Alcañiz, principal referente de población en la zona, a través de la N-232 (que, por cierto, conduce hasta las Merindades de Burgos) se llega a la comarca de Matarraña, y hay que tomar la carretera A-231, al poco de pasar Valdealgorfa, para adentrarnos en esta zona que da nombre el principal río que la cruza: el Matarraña (afluente del Ebro), que nace cerca de Beceite. Camino de la capital comarcal, Valderrobres, se pasa por La Fresneda, uno de los conjuntos históricos importantes de la zona, donde destacan su Plaza Mayor, con una Casa Consistorial del siglo XVI, que forma un lugar sumamente atractivo que incluso ha servido de escenario cinematográfico.
Llegar a Valderrobres desde la parte nueva, cruzando el río Matarraña por el puente medieval y encontrarse de frente el Portal de San Roque, con el resto del conjunto medieval y el castillo asomando por detrás, impone. Tras pasar el portal y entrar en la zona amurallada, hay una serie de callejas, algunas empedradas, con suaves pendientes y escalinatas que dan acceso a casonas y construcciones con multitud de detalles de valor, que conducen, de manera desordenada, hasta la explanada del Castillo, que data del siglo XII y que adosada a él se encuentra la Iglesia de Santa María la Mayor, de estilo gótico.
Continuando viaje, podemos acercarnos a Beceite, otro pueblo medieval, que quizás pasa más desapercibido por la importancia de los espacios naturales en torno al río Matarraña. Las caídas de agua que hay desde el nacimiento del río, entre estrechas paredes, hicieron que Beceite llegase a tener hasta nueve fábricas de papel impulsadas por los molinos del Matarraña. De las afueras de Beceite sale la ruta del Parrizal, que, tras caminar por una senda botánica junto a la que pueden verse las pinturas rupestres de la Fenellasa, llega a una pasarela de madera entre altas paredes de piedra que contrastan con las aguas turquesas del río. Retrocediendo de nuevo a Beceite, y tomando el curso del afluente Ulldemó, hay una zona de recreo con pozas entre cascadas que forman un paisaje espléndido, aunque en verano llegan a saturarse de público.
Volviendo a Valderrobres, y continuando hacia el norte por la A-231, se llega a Cretas, otra de las etapas en torno al Matarraña, donde es posible admirar una impresionante fachada gótico-renacentista de Iglesia de la Asunción, el trazado medieval de la calle Mayor y la Plaza Mayor y el arco de Casa Sapera, entre otros. Continuando más al norte, llegamos a Calaceite, uno de los miembros del Club de Pueblos Más Bonitos de España. Entre lo que se puede ver en esta localidad destacan las casas solariegas y soportales que forman la Plaza de España, centro de la vida de este pueblo y donde se albergaban mercados, tribunales y asambleas, y donde ahora hay todo tipo de productos gastronómicos de la zona. En las calles aledañas están muchas de las casas barrocas más admiradas, la iglesia barroca de la Asunción y el museo del arqueólogo Juan Cabré, que recoge una gran muestra de la cultura ibérica.