Los que comenzamos con el camping hace ya muchas décadas, que nuestras primeras experiencias empezaron con una tienda de campaña en una acampada libre (y perfectamente legal), que descubrimos mil rincones perdidos en la naturaleza yendo de camping en camping, que después pasamos a una pequeña caravana, luego otra mayor, o una autocaravana… hablamos un idioma distinto.
Hablamos de camping como el concepto de viajar con tu casa, ya sea con ruedas o de tela, y acampar en la naturaleza, ya sea en medio del campo o en un recinto cerrado con multitud de servicios. Hablamos de respeto al lugar donde estamos y de los que nos rodean. Hablamos de colaboración entre vecinos, de ayudarnos entre nosotros…
Hace poco, podíamos contemplar cómo, en un camping con ligera cuesta, una pareja con dos niños pequeños tenía dificultades para colocar su caravana. A pesar de que estábamos a unos 50 metros, el revuelo que se formó nos llamó la atención y nos hizo acercarnos para quedarnos atónitos al ver que el vecindario solo miraba, comentaba y daba opinión sobre lo mal que lo hacían, pero nadie se acercaba a colaborar. Sin dudarlo, les ayudamos, y tan solo otro se unió a nosotros. La caravana quedó en su sitio en dos o tres minutos. No hace tanto, en circunstancias así, siempre sobraban manos. Esto es un síntoma de que se está perdiendo el espíritu campista.
El boom de las autocaravanas está provocando que cada año se unan a este modo de viajar miles de personas que anteriormente no han evolucionado por las distintas etapas por las que otros hemos pasado. Muchos ni siquiera han pisado un camping o viajado con una tienda de campaña o caravana. Es más, algunos han decidido embarcarse en la aventura tras ver una foto de postureo hecha desde el interior de una camper con las puertas abiertas y un fondo paradisiaco. Iniciarse en el camping sin experiencia previa y tras gastarse un dineral en un vehículo increíble con el único propósito de hacer noche en lugares maravillosos hace que se esté perdiendo el espíritu campista.
Cada vez hay una mayor disputa entre grupos que defienden la libre pernocta/acampada contra municipios y campings, polarizando una relación que debería ser de entendimiento y colaboración, pero que cada vez se convierte más en enfrentamiento entre las partes. Y de lo que estamos seguros es que ni la mayoría de autocaravanistas son delincuentes ni la mayoría de los campings les tienen declarada la guerra a los que viajan con su autocaravana. Actitudes como vetar a los establecimientos que pertenecen a una federación o criminalizar a aquellos que «esquivan» las normativas para pernoctar no llevan a otro lugar más que al enfrentamiento, lejos del espíritu campista, cuando debería buscarse una solución con cabida para todos, o casi todos.
En pleno verano, y con miles de personas viajando por mil sitios, los medios se llenan de noticias-denuncia en todos los sentidos: algunas se refieren al apedreamiento de varias autocaravanas en un área por parte de algunos que no dan como bien recibidos a estos turistas (que pernoctan en un lugar legalmente acondicionado) o quizás descubren una manera de «pasar el rato» molestando a los demás; otras se refieren a la «conducta incívica» de los autocaravanistas en Llanes, que provoca el malestar de los vecinos, ya que «pernoctan en lugares prohibidos, ocupan con mesas y sillas aparcamientos, cocinan en pórticos de iglesias, arrojan basura a la naturaleza…», y a pesar de contar con espacios adecuados para estos vehículos, algunos optan por buscar cobijo en lugares no permitidos, lo que deriva en un malestar por parte de los locales, y a tomar medidas como la prohibición del aparcamiento o circulación, ante la masificación y mal uso de algunos de los que optan por este tipo de vacaciones, que habitualmente son los que lo hacen más ocasionalmente, sin experiencia y desde luego sin ningún tipo de espíritu campista.
La masificación va a requerir nueva legislación, y al igual que hace 30 o 40 años desaparecieron la mayoría de las zonas de acampada libre por el incumplimiento de las normas por parte de algunos y por la proliferación de nuevos campings que se iban abriendo por toda la geografía, ahora, la imposibilidad de hacer respetar una «ambigua» legislación va a conllevar a legislar nuevas bases para regular claramente dónde y cuánto tiempo se puede pernoctar, si se permite acampada con las consecuentes limitaciones, etc., y esperemos que sean lo más «razonables» y no totalmente restrictivas como el borrador de la nueva normativa de Asturias, que prohíbe la pernocta en todo lugar que no sea un camping o área.
Por muy bonito y bucólico que nos parezca la idea a dormir en los lugares más increíbles con el pretexto de «no molestar a nadie», la gran proliferación de estos vehículos está produciendo masificaciones en muchos lugares, junto con la falta de respeto e incumplimiento de señales y normas municipales, lo que deriva en un aumento de las restricciones.
Aunque algunos digan que como pagan sus impuestos tienen los mismos derechos de aparcamiento y circulación que el resto, debemos tener en cuenta, que, por ejemplo, un camión, pagando más impuestos, no tiene los mismos derechos a la hora de aparcar que un turismo, suelen tener prohibido el aparcamiento en los centros urbanos, calles estrechas… Lo mismo ocurre con una autocaravana o una caravana, ya que son vehículos más anchos, que ocupan más espacio, y aparcar en lugares destinados a turismos puede suponer ocupar varias plazas en detrimento de reducir el espacio para otros. Es cuestión de respeto. Cada vez hay más lugares donde se tiene en cuenta y se valora la visita de autocaravanistas y reservan espacio para ellos, pero se deben usar solo estos espacios, al igual que nos gusta que otros no ocupen nuestros espacios.
Tras todas estas reflexiones, nos hacemos preguntas como: ¿Se ha quedado obsoleto el espíritu campista? ¿No debemos comparar el campismo de camping y acampada con el turismo itinerante de ir «pernoctando» en aparcamientos? ¿Es perfectamente compatible la «pernocta libre» con el respeto a los demás? ¿Los nuevos usuarios de camper y autocaravanas son conscientes de lo que debe hacerse y lo que no?…
Para los que tienen interés en mantener el espíritu campista, os indicamos algunos consejos a tener en cuenta:
- Prácticamente todo se resume en «Respeta a tus vecinos».
- Respeta tu espacio, si estás en un camping, ocupa tu parcela, no saques elementos fuera, ni cruces por las de los demás.
- Respeta los horarios de descanso: las caravanas, camper y autocaravanas, y que diríamos de las tiendas, no están aisladas acústicamente del resto del vecindario. Las charlas, la tele o la música deben reducirse, o eliminarse, para que puedan descansar los demás.
- Deja tu parcela o espacio limpio, recoge los restos de tu acampada y basuras y déjalo como te gustaría encontrarlo.
- Comparte tu conocimiento con tus vecinos, ofréceles tu ayuda para montar la tienda o colocar la caravana, más si ves que son novatos.
- Utiliza los servicios con respeto a los demás, sin poner música alta y dejando todo limpio.
- No uses los lavabos para lavar la ropa o fregar los cacharros, en cada lugar hay espacios para cada uso.
- Deja las basuras en sus lugares correspondientes, y el vaciado de WC hazlo en los espacios específicos.
- No eches las aguas grises al suelo. Un lavado de manos puede no ser dañino, pero la acumulación puede hacer un gran daño.
- Usa una iluminación discreta, no molestes a otros acampados próximos.
- Mantén controladas tus mascotas, no todos disfrutan con ellas, no dejes que estén sueltas y recoge lo que ensucien.
- No modifiques el paisaje, ni cortes ramas o plantas que «te molesten».