Gamping es una práctica por la que algunos propietarios alquilan una parte de jardín para instalar durante unos días tu tienda, caravana o autocaravana. ¿Cuántas veces has sentido envidia de las vistas o el entorno de un jardín y finca privada?
Origen del gamping
El Gamping tiene sus orígenes en Francia, a principios de esta década, y a través de algunas plataformas puedes encontrar «parcelas» en granjas, jardines, viñedos o fincas particulares.
El gamping, un mix de garden camping, es un alternativa a los campings, habitualmente con capacidades muy limitadas y servicios más básicos que los de un camping, donde se suelen compartir con los propietarios zonas de estancias y algunos de los servicios. Cómo ocurre en todos los sectores la oferta es muy variada y se pueden encontrar desde terrenos cerrados con un espacio donde acampar, agua y poco más, hasta jardines impecables, con baños independientes, piscina, barbacoa, WiFi…
En gamping.es puedes encontrar una gran oferta de lugares donde alquilar espacios en España y especialmente en casi toda Francia. Si quieres viajar a Italia, GardenSharing ofrece una gran variedad de jardines por el país de la bota.
Tarifas y ventajas del gamping
Los precios suelen ser más económicos que en los campings convencionales, aunque según los servicios que ofrecen pueden llegar a alcanzar precios elevados. Desde 5 euros por persona y noche, se pueden encontrar gampings básicos. Pero también hay fincas con espacios tan bien preparados que son verdaderos campings de lujo particulares, y en consecuencia, con precio altos. Incluso algunos lugares que tienen ya instaladas tiendas de lujo, antiguas caravanas restauradas, o te pueden ofrecer cenas y desayunos en rincones muy especiales.
La parte más positiva del gamping es la de ofrecer una versión «reducida» del camping en lugares donde no hay alternativas de camping convencional. Así se pueden visitar zonas donde no existen campings cercanos sin renunciar a tu tienda o caravana.
Polémica del gamping, ¿es legal o ilegal?
El problema del gamping surge cuando se crean espacios cercanos a los campings donde se ejerce una competencia sobre instalaciones que requieren fuertes inversiones y ven perjudicado su negocio, al igual que ocurre con plataformas como Airbnb.
Como ocurre con muchos de los nuevas plataformas digitales, esta novedosa manera de viajar, está creado controversias sobre su conveniencia y legalidad. Es por eso que en el norte de Italia, donde se ha extendido mucho esta opción, se ha aprobado una ley para regular el garden sharing como un modelo de turismo de naturaleza, responsable y sostenible, que además supone un mayor acercamiento a las costumbres locales y a sus gentes.
Sin embargo, aquí, en España, ya han surgido casos como el de Mallorca donde han prohibido totalmente cualquier posibilidad de poder ejercer este tipo de actividad, tras hacerse público que se venía realizando este tipo de actividad en un solar de Palma desde 2017. Tras este caso surgido, la Consellería de Turismo no permite esta actividad hasta el punto de incluso amenazar con multas a quien publicite este formato de alojamiento (www.diariodemallorca.es/mallorca/2019/02/26/gamping-legal-publicitar/1395362.html).
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