En muchas ocasiones hemos podido decir que, después de más de 40 años viajando con caravana, y unas cuantas decenas de miles de kilómetros, jamás nos había parado la Guardia Civil. A decir verdad, la única vez que nos había parado alguna policía, habían sido unos Carabineros, hará 25 o 30 años, en una avenida de un pueblo italiano, que nos dijeron que no continuásemos por aquel camino, ya que, al parecer, terminaba en un puente estrecho. Lo cierto, es que, en España, nunca habíamos pasado por ese trámite, y nunca habíamos podido contar, de primera mano, que ocurre cuando te para la Guardia Civil.
Pero este pasado verano, un cúmulo de circunstancias, cambió la cosa. Durante varios meses estuvimos sin poder viajar ya que el cambio del vehículo tractor provocó, que los pocos kilos que nos faltaban para nuestro que nuestro anterior conjunto llegase a los 3.500 kg de MMA, se superasen, impidiendo que pudiésemos viajar legalmente al superar la MMA permitida con el permiso de conducir B. Ante esta circunstancia, hubo que decidir si optábamos por la autorización B96 (más limitado), o directamente sacarnos el B+E, opción por la que optamos finalmente. Sacarse un carné de conducir, no es especialmente rápido, y, sobre todo, tener prisa para poder utilizarlo cuanto antes, tampoco ayuda. Para poder viajar en agosto, necesitábamos superar las tres pruebas (teórico, maniobras y circulación) antes de la suspensión de exámenes durante el verano, a finales de julio. Nos pusimos manos a la obra, y, con mucha dedicación, logramos el objetivo. Entre tanto, perdimos un par de oportunidades de viajar con caravana a un par de destinos que teníamos previstos, pero, como nos gusta ser legales, no quisimos correr ese riesgo.
A pocos días de agosto, al día siguiente de aprobar el último examen, imprimimos el permiso provisional de circulación con el B+E, y empezamos a tachar de la lista, algunas de las tareas que teníamos que llevar a cabo para poder salir de viaje. La primera fue poner la nueva matrícula del vehículo tractor en la caravana, y a continuación ir a pasar la ITV del remolque, que, al no contar con el permiso, no habíamos podido ir a pasarla, aunque había caducado un par de meses antes. Y aquí comenzó el cúmulo de circunstancias que nos llevó a romper los más de 40 años sin que nos parase la Guardia Civil llevando una caravana.
El trayecto para pasar la ITV, son ocho kilómetros, la distancia que hay entre el camping donde tenemos habitualmente la caravana y el siguiente pueblo donde hay una estación de inspección técnica de vehículos. Ocho kilómetros por autovía, sin ningún tipo de dificultad. Salimos del camping, y tomamos la autovía por la salida más cercana, junto a una gasolinera, en la que habitualmente comprobamos las presiones de las ruedas, pero en esta ocasión, se nos olvidó este importante paso. Aunque el trayecto era muy corto, tras varios meses sin circular, nos parecía importante comprobar las ruedas, así que, en cuanto nos dimos cuenta, decidimos salir de la autovía dos kilómetros más adelante, donde hay otra gasolinera. Y fue ahí, bajo el puente que cruza por encima del desvío a la gasolinera y la entrada al pueblo, donde, haciendo un control rutinario, estaba esperando un par de patrullas a todo aquel que consideraban parar. De primeras, pensamos que, como siempre nos había pasado, a nosotros no nos pararían, pero rápidamente pudimos ver como un agente nos hacía detener nuestros doce metros y pico sobre la isleta donde se indican los desvíos de los distintos giros que se pueden hacer en ese punto.
Aunque pienses que no has hecho nada mal, que te detenga la Guardia Civil, siempre genera preocupación, y en nuestro caso, además de ser la primera vez en estas circunstancias, lo primero fue pensar: “Voy sin el carnet B+E que requiere, aunque lo aprobé ayer y llevo el permiso provisional” y “Voy con la ITV caducada, aunque voy directamente a pasarla”. No tenía por qué pasar nada, pero instintivamente el corazón se aceleró algo más de lo normal.
Una vez parado, el agente se acercó y nos pidió el carné de conducir y el permiso de circulación y ficha técnica de ambos vehículos (coche y caravana). Le entregamos el permiso de conducir (dónde sólo figuraba el permiso B), junto con la autorización provisional del B+E, y los documentos de los vehículos, advirtiéndole que íbamos a pasar la ITV, para lo que nos pidió la justificación de la cita previa, justificante que teníamos en un SMS recibido el día anterior, tras haber llamado para pedir la cita. Además, le justificamos que estaba vencida ya que no contaba con el permiso correspondiente, y lo habíamos pospuesto hasta poderlo hacer correctamente. Tras comprobar la documentación en su terminal informático, en el que también comprobaron que contábamos con los seguros obligatorios correspondientes, lo que comenzó casi como una reprimenda, terminó alabando nuestra aptitud de haber esperado a tener el permiso, lo que nos dio pie a comentarle que éramos parte del equipo de la revista de caravaning SoyCaravanista, y a hacerle distintas preguntas que nos permitiese contar con más información para poderlo publicar en nuestro medio de comunicación.
De esa conversación pudimos averiguar que no sólo comprueban las MMA y suma de ambos vehículos, también tienen en cuenta la MMR (Masa Máxima Remolcable) y la MMC (Masa Máxima del Conjunto) que se incluye en las actuales eITV. También nos dijeron que se encontraban muchos casos en los que llevan caravanas con más MMA de la permitida como MMR en su vehículo tractor, y bastantes casos en los que la suma de las MMA superan los 3.500 y simplemente llevan el permiso B. Esto es una sanción administrativa, y se pena con 200 euros de multa, con la posibilidad de inmovilizar los vehículos, aunque nos reconocen que no suele ser lo habitual. Nos argumentan que la multa es un “toque de atención” para que pongan remedio a la situación, ya que su sanción es lo menos malo que te puede ocurrir, lo peor es tener un accidente, por pequeño que sea, y que el seguro no se haga cargo de ninguno de los daños al estar condiciendo indebidamente, cosa que, lamentablemente, nos indican que han vivido en alguna ocasión. Aprovechamos a consultarles otros aspectos de los que, en ocasiones, generan debates en nuestro grupo de Facebook, como la obligatoriedad de llevar extintor, cosa que nos confirman, la señal V6 para vehículos de más de 12 metros de longitud, o el uso de calzos en los estacionamientos, normas que explicamos en Normas de tráfico que debes respetar con tu caravana, y quizás no sabías.
En definitiva, lo que era una breve salida a pasar la ITV se convirtió en una experiencia, y medio entrevista con un agente de tráfico que nos ayudó a confirmar algunos de los aspectos que en ocasiones nos planteaban o debatían, y que además nos ha permitido escribir este artículo que esperamos sean aclaratorias y de utilidad para vosotros, los lectores. Nuestro único inconveniente, es que llegamos tarde a la cita de la ITV, y nos retrasó la inspección, pasando a invertir casi tres horas para lo que teníamos previsto en hacerlo en una, pero el resultado valió la pena.