Los días de mitad de septiembre han sido trágicos en la costa mediterránea, en especial en las provincias de Valencia, Alicante, Murcia y Almería. El fenómeno meteorológico que conocíamos como gota fría y que ahora se denomina DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) produjo en muy pocas hora precipitaciones equivalentes a las lluvias de un año, o incluso más, lo que supuso el desbordamiento de ríos y cauces secos en zonas donde la mayoría del año no discurre agua.
La virulencia del agua ha provocado cuantiosos daños materiales y, lamentablemente, algunos personales, por lo que se ha hablado mucho de la prevención de este tipo de catástrofes. Durante estos días, hemos pensado mucho sobre todos los caravanistas y campistas que podían verse disfrutando de unos días de vacaciones por la zona, y de repente estaban envueltos en estas circunstancias.
Lo primero que nos vino a la mente son algunas de esas autocaravanas que hemos visto acampadas en cauces secos y que podrían verse sorprendidas por las avalanchas de agua que discurren ante una riada. Después, pensamos en el riesgo de inundación de otras zonas de acampadas y campings. Durante todo esto, comenzamos a recibir noticias de la evacuación de un camping en Crevillente, hemos seguido la evolución de este incidente, y hemos hablado con el Grupo Marjal para saber de primera mano, cómo se gestiona la evacuación de un camping en una situación así.
Un camping es un lugar muy seguro ante la mayoría de incidentes que pueden surgir. Más si ocurre como en el Marjal Costa Blanca, que está construido en 2011 y cuenta con medidas de seguridad de todo tipo, y, por supuesto, un plan de evacuación preparado para ocasiones así. En plena DANA, en la tarde del sábado 14 de septiembre, las autoridades que gestionaban la emergencia, en contacto con todo tipo de establecimientos, y más en especial con uno como este, con más de 1.500 alojados, confirmaron que no había riesgo en la zona del camping. Sin embargo, llegada la noche, y en plena vigilancia, se detectó que el agua estaba anegando una zona contigua y se determinó que, por precaución, debía evacuarse el camping.
Rápidamente, y en menos de una hora, en coordinación con el centro de emergencias y el Ayuntamiento de Crevillente, se organizó el polideportivo municipal y se llevaron autobuses para hacer el traslado, ordenadamente, buscando a los alojados parcela por parcela, sin que se generase ningún tipo de incidente. Durante esa noche y los días restantes, se fueron dando soluciones de traslado y alojamiento para los evacuados.
Tras el paso del frente frío, el agua ha ido bajando y en este caso, afortunadamente, no ha sido más que una inundación de menos de 15 cm en una pequeña zona del recinto del camping. Tras tres días intensos de limpieza, y sin sufrir daños importantes, el camping ha vuelto a abrir sus puertas con normalidad.
Junto a esta incidencia, al día siguiente, y por previsión del cierre de los accesos, el camping Marjal Guardamar fue evacuado sin repercusión en su interior, siendo restablecido su uso una vez se redujo el nivel de agua en sus alrededores.
Hacemos esta reflexión como ejemplo de lo que supone estar alojado en un lugar con garantías, que ha sido diseñado con materiales, servicios y medidas de seguridad que prevén estas circunstancias, además de ser lugares donde saben que estás y van a ir a evacuarte o rescatarte en caso de una tragedia.
¿Te imaginas vivir una situación crítica en ese lugar idílico, pero que no está autorizado ni preparado como zona de acampada, ni sabe nadie que estás así? Este es uno de los motivos por los que siempre recomendamos acampar en lugares permitidos: ya sea un camping, un área o una zona de acampada.