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Visitamos Enganches Aragón para conocer cómo se fabrican e instalan los enganches para caravanas

Visitamos Enganches Aragón para conocer cómo se fabrican e instalan los enganches para caravanas

Los enganches son el nexo entre nuestro coche (vehículo tractor) y nuestra caravana. La coloquialmente llamada «bola» es un elemento que, aunque en ocasiones pasa muy desapercibido, es uno de los puntos más importantes cuando remolcamos, ya sea una gran caravana, una ligera, un remolque-tienda o un pequeño carro de transporte. Para ver cómo se fabrican y para instalar un enganche en uno de nuestros vehículos, nos desplazamos a Zaragoza y visitamos las instalaciones de Enganches Aragón, la mayor empresa de este sector en el sur de Europa.

Esta empresa fue fundada en 1992, y entonces estaba formada por cinco personas. Hoy cuenta con más de cien trabajadores y exporta sus enganches y accesorios a todos los países europeos y a otros muchos en los cinco continentes: sus productos llegan a lugares tan dispares como Australia, Sudáfrica, Chile y Corea, entre otros muchos.

Mientras que dejamos nuestro coche a los mecánicos que cada día instalan decenas de enganches en cualquier tipo de vehículo, comenzamos la visita por el inmenso almacén donde se guardan más de un millar de referencias de enganches para sus correspondientes vehículos. En la parte más cercana a la zona de embalaje, están los modelos que más rotación tienen, y según nos vamos alejando, se encuentran enganches que apenas tienen demanda, pero uno de los pilares de su éxito es contar con soluciones para prácticamente cualquier automóvil.

Además de remolcar caravanas, carros y embarcaciones, nos cuentan que una de las épocas de mayor demanda fue tras la pandemia y el gran boom del ansia por salir e ir a lugares al aire libre, con bicicletas, para las que cuentan con una amplia gama de soportes sobre enganche, así como baúles de transporte que se colocan sobre la bola, y que, por aquel entonces, vendieron e instalaron como nunca.

Junto al gran almacén está una zona fundamental para esta empresa y para todo aquel que quiera tener seguridad en esta sencilla (pero crítica) pieza que soporta nuestras casas con ruedas: el laboratorio de pruebas. En una sala llena de aparatos de medida, durante varios días se somete a cada nuevo modelo a una serie de esfuerzos que simulan un uso intensivo del conjunto del enganche mucho mayor del que cualquier enganche será sometido en su vida útil. Además de proporcionar una gran garantía, estas pruebas, supervisadas por las entidades de homologación, certifican que han superado los test que garantizan y homologan su uso en Europa y otros muchos países.

Después de ver las pruebas y hablar con alguno de los ingenieros que se encargan de este proceso, nos movimos por las distintas naves de Enganches Aragón, hasta llegar al inicio del proceso, donde llegan las materias primas: tubos y planchas de acero, varillas, tuercas y otros componentes, especialmente metálicos, con los que se modelan y montan cada una de las piezas.

Cada vez que sale un vehículo al mercado, pasa por estas instalaciones uno de sus modelos para, atendiendo a sus especificaciones técnicas, hacer una réplica digital de la parte trasera del vehículo con un brazo escáner de última generación. Sobre este modelo digital, los ingenieros y mecánicos trabajan sobre el modelo que permita una mejor sujeción y más sencilla instalación mediante el uso de aplicaciones 3D.

Una vez diseñado y pasados los test de homologación, comienza la fabricación de las distintas piezas. Por un lado, el corte de las barras a sus longitudes exactas y milimétricas, y, por otro lado, el troquelado de las planchas de acero mediante precisas máquinas de corte por láser. Tras observar cómo un sistema automático corta con precisión los tubos, todos exactamente iguales, en pocos minutos podemos ver cómo de una gran plancha de acero troquelada se hacen un centenar de pequeñas piezas, necesarias para ensamblar un modelo concreto de enganche. Después, las piezas que necesitan algún tipo de mecanizado pasan por las prensas de plegado computerizado. Mientras un operario va situando la postura de cada pieza, la prensa coloca un apoyo en el lugar preciso y, una vez en su sitio, aplica la presión necesaria para doblar la pieza unos pocos grados, un ángulo recto o cualquier otra posición intermedia, con total precisión. Frente a las prensas de plegado, descubrimos otra curiosa máquina que funde las tuercas sobre cada pieza, mediante el soldeo por resistencia, un pequeño paso, pero imprescindible para asegurar el montaje.

Continuamos la visita en la zona de soldadura. El lento y peligroso proceso de soldadura manual se sustituye por la soldadura robotizada. Dos grandes brazos de soldadura se encargan de unir, con total precisión, las piezas que se colocan sobre unas plantillas donde encajan perfectamente todas las piezas, y que son colocadas por un operario que minuciosamente va encajando cada una de ellas en su posición, con la ayuda de la plantilla. Una vez está todo listo, la plataforma gira para el proceso de soldadura, aislado de la zona de trabajo para evitar tener que convivir con los gases que genera la soldadura, volviendo a la zona de trabajo la pieza ya soldada, que quita el operario, y sobre la misma plantilla coloca las piezas de un nuevo enganche, mientras que, al otro lado de la plataforma, se procede a su soldadura.

Ya terminado el montaje, las piezas pasan por el proceso de granallado, un túnel en el que a las piezas se las elimina el óxido y los aceites mediante el bombardeo de partículas, para posteriormente hacer una imprimación de zinc en cabinas electrostáticas, y terminar con la aplicación de pintura en polvo epoxi, que pasa por un horno para su polimeración, lo que permite que el enganche quede protegido bajo los mayores estándares del mercado europeo, incluso en los países nórdicos, que sufren la niebla salina que corroe los metales.

Tras todos estos procesos, hemos podido comprobar la cantidad de pasos necesarios para concluir un enganche, de los centenares que se fabrican cada día, y que son valorados y compiten con los grandes fabricantes europeos. En su gran almacén, se ordenan, según los modelos, y, mediante un amplio equipo logístico, cada día salen multitud de pedidos a numerosos países y a puntos de España.

En lo que ha durado nuestra visita, los mecánicos han desmontado toda la parte trasera de nuestro coche, han instalado el enganche y han conectado un kit eléctrico que incluye toma de corriente permanente para alimentar, por ejemplo, el frigorífico de la caravana. Es un proceso que conocen perfectamente en Enganches Aragón, y del que facilitan instrucciones y vídeos aclarativos a su red de puntos de instalación autorizados. El resultado final es un buen enganche, con garantía para remolcar nuestra caravana sin riesgos y con toda la tranquilidad.

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